sábado, 19 de junio de 2010

Saramago

Los escritores no se mueren nunca, afortunadamente. Los encuentras una y mil veces en sus obras, releyendo sus palabras. Con la desaparición de Saramago se va un hombre coherente, incómodo para el poder, brillantísimo y valiente, un intelectual absolutamente comprometido.

En Portugal nunca le perdonaron defender la utopía de unir nuestros dos países en una Iberia imposible; en estos años de su exilio voluntario en Lanzarote se erigió en una figura indispensable de nuestra intelectualidad.

Para los que estudiáis español puede ser difícil afrontar un libro con frases que pueden alargarse toda una página, mediante comas; pero es nuestra forma natural de pensar, de seguir un hilo...Los ingleses con vuestras frases cortas, directas, podéis tener algún problema. Pero merece la pena.




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